Científicos sociales postulan que los grupos que son muy homogéneos fueron propensos a sufrir del “pensar en grupo” lo que generaba que tomaran peores decisiones que los grupos diversos. Grupos que son muy coherentes tienden a ignorar todas las alternativas posibles, no cuestionan críticamente sus supuestos, y desacreditan o hacen caso omiso de las opiniones minoritarias. Un experimento de psicología famoso fue el de pedir a los miembros del equipo evaluar la longitud de una línea. Cuando un grupo (que actuaba como informante) dio una respuesta equivocada, pero unánime, los sujetos aceptaron la opinión de la mayoría, a pesar de estar equivocada. Este fenómeno, conocido como “complaciente” (yielding), muestra “el poder de la mayoría”.